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2. (Q.V.) die bloß subjektive Sphäre des Einzelsubjektes. Dieses hat eine Umgebung, die in ursprünglicher Weise bloß die seine ist, die also keinem anderen originär gegeben sein kann. In der kommunikativen 15Gemeinschaft sieht jeder, was ich sehe, hört jeder, was ich höre, oder kann dasselbe sehen und hören. Wir erfahren dieselben Dinge und Vorgänge, wir erfahren die uns gegenüberstehenden Tiere und Menschen, sehen ihnen dasselbe Innenleben an usw. Und doch hat jeder seine ihm ausschließlich eigenen Erscheinungen,20 jeder die ihm ausschließlich eigenen Erlebnisse. Diese erfährt nur er in ihrer leibhaften Selbstheit, ganz originär. In gewisser Weise erfahre ich (und darin liegt Selbstgegebenheit) auch die Erlebnisse des Anderen: sofern die mit der originären Erfahrung des Leibes in eins vollzogene Einfühlung (comprehensio)25 zwar eine Art Vergegenwärtigung ist, aber doch den Charakter des leibhaften Mitdaseins begründet. Insofern haben wir also Erfahrung, Wahrnehmung. Aber dieses Mitdasein ("Appräsenz" in dem früher angegebenen Sinne [Fussnote: 1) Vgl. S. 162f. (§ 44).]) ist prinzipiell nicht zu verwandeln in unmittelbares originäres 30Dasein (Urpräsenz). Das Eigentümliche der Einfühlung ist es, daß sie auf ein originäres Leib-Geist-Bewußtsein verweist, aber als ein solches, das ich selbst nicht originär vollziehen kann, ich, der ich nicht der Andere bin und nur als verständigendes Analogon für ihn fungiere.
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2. (Q.V.) la esfera meramente subjetiva del sujeto singular. Este tiene un entorno que de manera primigenia es meramente el suyo, que por tanto no puede estar dado originariamente a ningún otro. En la comunidad comunicativa ve cada uno lo que yo veo, oye cada uno lo que yo oigo, o puede ver y oír lo mismo. Experimentamos las mismas cosas y procesos, experimentamos los animales y hombres que están ante nosotros, les vemos a ellos la misma vida interior, etc. Y, sin embargo, cada uno tiene sus apariciones exclusivamente propias, cada uno tiene sus vivencias exclusivamente propias. Estas las experimenta solamente él en su mismidad "en persona", de modo enteramente originario. En cierta manera experimento yo también (y en esto hay dación de sí mismo) las vivencias del otro: en la medida en que la empatía (comprehensio) ejecutada a una con la experiencia originaria del cuerpo es en verdad una especie de representación, pero funda, sin embargo, el carácter de la co-existencia "en persona". En tal medida tenemos por ende experiencia, percepción. Pero esta co-existencia ("apresencia" en el sentido anteriormente indicado)[Nota al pie: d Cfr. p. 162 s. (§ 44).] no puede por principio convertirse en existencia originaria inmediata (protopresencia). Lo peculiar de la empatía es que remite a una conciencia-cuerpo-espíritu originaria, pero como conciencia que yo mismo no puedo ejecutar originariamente, yo, que no soy el otro y solamente funjo para él como un análogo que comprende.