I2 (52) - Hua IV 205

In einem Jetzt also, das als intersubjektive Gegenwart für die 25verschiedenen in Wechselverständigung stehenden Subjekte identisch ist, können sie nicht dasselbe "Hier" (dieselbe intersubjektive räumliche Gegenwart) und nicht dieselben Erscheinungen haben. Der Index dieser phänomenologischen Sachlage ist die Undurchdringlichkeit der verschiedenen gleichzeitigen30 Leiber als solcher. Zwei Leiber können objektiv zu einem Ding verbunden, "zusammengewachsen" sein, aber das Verwachsensein zu einen Ding schafft nicht einen, dieselbe Zeitdauer erfüllenden Leib, ein Hier, einen phänomenalen Orientierungsraum, und Identität der Dingerscheinungen hinsichtlich der 35beide Subjekte umgebenden Dingwelt. Die Erscheinungen zweier Subjekte können nicht zu identischen Erscheinungen zusammenfließen wie die optischen Erscheinungen zweier Augen. Verschiedene Subjekte haben also phänomenale Objektitäten, die in der phänomenalen intersubjektiven Zeit notwendig getrennt[206] und prinzipiell nicht einmal von gleichem Wesensbestand sind. Ihnen können zwar dieselben Dinge aktuell erscheinen, aber die Erscheinungen, diese Dinge "in ihrem jeweiligen Erscheinungsmodus", in ihren subjektiven Beschaffenheiten 5des Reliefs, der Orientierung, der sich gerade so darstellenden Färbungen usw. sind andere --- nur daß Austauschverhältnisse bestehen, wonach das selbe Ding, das jetzt in einem gewissen Erscheinungsmodus mir gegeben war, im Abfluß der intersubjektiven Zeit hernach auch den Anderen in völlig gleichem 10Modus gegeben sein kann und umgekehrt. In anderer Beziehung ist freilich die Austauschbarkeit wesensmäßig ausgeschlossen; das zentrale Hier, worauf die Erscheinungsmodi bezogen sind und das ihrem konkreten Wesensgehalt in dem zugehörigen Jetzt Individuation verleiht, ist nicht austauschbar und so sind 15auch die individuellen Phänomene nicht austauschbar wie überhaupt alles Subjektive in seiner Individualität. So z.B. auch das "ich bewege", das mein, dieses Ich, eigen ist und als das nie einem anderen Ich "eingefühlt" werden kann. Was diesem einverstanden wird, ist nicht mein Ich, sondern eben 20sein Ich, nicht meine, sondern seine Subjektivitäten in Erlebnissen, "subjektiven" Erscheinungsmodis usw.
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Así pues, en un ahora que como presente intersubjetivo es idéntico para los diferentes sujetos que están en entendimiento mutuo, no pueden tener ellos el mismo "aquí" (el mismo presente espacial intersubjetivo) y tampoco las mismas apariciones. El índice de esta situación fenomenológica es la incompenetrabilidad de los diferentes cuerpos simultáneos como tales. Dos cuerpos pueden estar objetivamente enlazados, "amalgamados" como una cosa, pero fusionarse en una cosa no crea un cuerpo que llene la misma duración temporal, un aquí, un espacio de orientación fenomenal, y la identidad de las apariciones de cosa respecto del mundo de cosas del entorno de ambos sujetos. Las apariciones de dos sujetos no pueden confluir en apariciones idénticas como las apariciones ópticas de los dos ojos. Diferentes sujetos tienen, por ende, objetidades fenomenales que en el tiempo intersubjetivo fenomenal están necesariamente [206] separadas y por principio no son jamás de igual consistencia esencial. A ambos pueden en verdad aparecerles actualmente las mismas cosas, pero las apariciones, estas cosas "en su modo de aparición respectivo", en sus contexturas subjetivas del relieve, de la orientación, de las coloraciones que se exhiben justo así, etc., son distintas ---solamente que hay relaciones de intercambio según las cuales la misma cosa que me estaba dada ahora en cierto modo de aparición, en la efusión del tiempo intersubjetivo puede inmediatamente después estar dada también al otro en un modo completamente igual, y a la inversa. Obviamente, en otra referencia, la intercambiabilidad está por esencia excluida; el aquí central al que están referidos los modos de aparición y que confiere individuación a su contenido esencial concreto en el ahora inherente, no es intercambiable, y tampoco son intercambiables los fenómenos individuales, como en general nada subjetivo en su individualidad. Así, por ejemplo, también el "yo me muevo", que es mío propio, de este yo, y como tal nunca puede serle "empatizado" a otro yo. Lo que a éste le es intracomprendido no es mi yo, sino precisamente su yo; no /253/mis, sino sus subjetividades en vivencias, modos de aparición "subjetivos", etcétera.