I2 (54) - Hua IV 211

30In dieser Einstellung [personalistische Einstellung] nehme ich mich selbst einfach als welchen [212]ich mich gewöhnlicherweise nehme, wenn ich sage: "Ich" und das in irgend einem "ich denke" (ich bin überzeugt, ich zweifle, ich halte für möglich, ich liebe, ich freue mich, ich will usw.). Es ist gar keine Rede davon, daß ich da mich und mein cogito 5als etwas am Leibe, als in ihm fundiert und als Annex lokalisiert meine, bzw. vorfinde. Vielmehr umgekehrt: der Leib ist mein Leib und er ist mein zunächst als mein Gegenüber, mein Gegenstand, wie das Haus mein Gegenstand ist, mein Gesehenes oder Sichtbares, Betastetes und Tastbares usw.; "mein", aber 10nicht Bestandstück des Ich, also durch mannigfaltige einstimmig synthetische Wahrnehmungen, die ich als Subjekt vollziehe, mir gegeben und nach dem von mir Unwahrgenommenen mir durch eben diese Wahrnehmungen "mitgegeben": mögliche Wahrnehmungen sind durch aktuelle Wahrnehmungen in geregelter15 Weise motiviert. Im Leibe finde ich freilich die Empfindungsschicht lokalisiert, darunter sinnliche Lust, sinnlichen Schmerz; aber damit ist nur gezeigt, daß sie nicht in den Bereich des eigentlich Ichlichen hineingehört; wie der Leib überhaupt so ist alles ihn als Gegenstand ausmachende20 "Nicht-Ich" dem Ich gegenüber und nur in der Weise des Gegenüber dem Ich zugehörig, eben als daseiender Gegenstand seiner Erfahrungen. Jede dingliche Gegenständlichkeit meiner Erfahrung ist in dieser Weise ich-zugehörig: jede hat insofern einen Charakter der Subjektivität als vom Ich 25erfahrene und somit für es daseiende, als Zielpunkt seines Aufmerkens, als Substrat seiner theoretischen, affektiven und praktischen Akte usw.
I2 (54) 259 - Hua IV 211

En esta actitud [actitud personalista] me tomo simplemente a mí mismo como el que usualmente[212] me tomo a mí mismo al decir: "yo", y esto en un "yo pienso" cualquiera (yo estoy convencido, yo dudo, yo creo posible, yo amo, yo me alegro, yo quiero, etcétera). No se trata en absoluto de que yo miente o encuentre ahí a mí y a mi cogito como algo en el cuerpo, como fundado y localizado en él como anexo. Más bien a la inversa: el cuerpo es mi cuerpo, y es mío ante todo como mi enfrentante, mi objeto, como la casa es mi objeto, algo que miro o puedo mirar, algo que toco y puedo tocar, etc.; "mío", pero no fragmento integrante del yo, por tanto dado a mí mediante múltiples percepciones concordantemente sintéticas que yo ejecuto como sujeto, y en cuanto a lo no percibido por mí, "co-dado" a mí precisamente mediante estas percepciones: las percepciones posibles están motivadas de manera regulada por las percepciones actuales. Ciertamente, en el cuerpo encuentro localizado el estrato de la sensación, y en éste el placer sensible y el dolor sensible; pero con ello solamente se muestra que este estrato no pertenece al dominio de lo propiamente yoico; como el cuerpo en general, así todo "no-yo" que lo compone como objeto está frente al yo y solamente es inherente al yo a la manera del enfrentante, precisamente como objeto existente de sus experiencias. Toda objetividad cósica /260/de mi experiencia es de esta manera inherente-al-yo: tiene un carácter de subjetividad en la medida en que es experimentada por el yo y por tanto existente para él, en la medida en que es blanco de su atención, sustrato de sus actos teóricos, afectivos y prácticos, etcétera.