I2 (55) - Hua IV 216

Hier (Q.V.) kommen Körper- und Augenbewegungen wieder nicht als reale Vorgänge der Natur in Betracht, sondern ein Bereich freier Bewegungsmöglichkeiten ist mir eigentümlich gegenwärtig, und dem "ich kann" folgt gemäß dem Walten der Reize und Tendenzen ein "ich tue". 35Korrelativ hat das Ende den Charakter eines Zieles. Das Objekt reizt mich vermöge seiner erfahrenen Eigenschaften: nicht der physikalischen, von denen ich nichts zu wissen brauche, und wenn ich davon weiß, so brauchten sie in Wahrheit nicht zu sein. Es reizt mich (innerhalb der Intentionalität der [217]Erfahrung oder eines indirekten Erfahrungswissens vermöge der korrelativ ihm beigemessenen Eigenschaften) zum Essen. Es ist ein Gut der Klasse Nahrungsmittel. Ich greife danach, es zu essen. Das ist eine neue Art subjekt-objektiver "Wirkung". Das Objekt 5hat Wertbeschaffenheiten und wird mit ihnen "erfahren", als Wertobjekt apperzipiert. Ich beschäftige mich damit, es übt auf mich Beschäftigungsreize, ich beobachte es, wie es sich als solches Objekt verhält, wie sich diese neuen Eigenschaften, die keine Natureigenschaften sind, ausweisen, näher bestimmen usw. 10Ich bin aber nicht nur wertendes, sondern auch wollendes Subjekt und bewähre mich als solches nicht nur als Subjekt der Werterfahrungen und des in dieser Beziehung urteilenden etc. Denkens, ich kann diese Dinge auch schöpferisch umgestalten, sie aktuell für die Zwecke, zu denen sie dienlich sind, benützen etc. Sie 15weisen dabei auch ihre Existenz als Natur in einer gewissen untersten, anschaulichen Stufe aus. Im gegenteiligen Fall sind sie nichts, bestimmen, motivieren mich in dieser Beziehung nicht mehr; ev. aber wirken auf mich die illusionären Objekte als solche, die Noemata in ihrer Durchstreichung, in ihrer Art, 20wie in anderer vorher die Noemata in ihrem urdoxischen Seinscharakter.
I2 (55) 263 - Hua IV 216

Aquí (Q.V.) entran de nuevo en consideración/264/ los movimientos del cuerpo y de los ojos no como procesos reales de la naturaleza, sino que me está peculiarmente presente un dominio de libres posibilidades de movimiento, y al "yo puedo" le sigue, conforme a los estímulos y tendencias imperantes, un "yo hago". Correlativamente, el fin tiene el carácter de una meta. El objeto me estimula merced a sus propiedades experimentadas: no las físicas, de las cuales no necesito saber nada, y si sé de ellas, entonces ellas no necesitarían en verdad ser. Me estimula (en el interior de la intencionalidad de la[217] experiencia o de un saber de experiencia indirecto gracias a las propiedades atribuidas a él correlativamente) a comer. Es un bien de la clase de los alimentos. Me dispongo entonces a comerlo. Esta es una nueva especie de "efecto" subjetivo-objetivo. El objeto tiene contexturas de valor y es "experimentado" con ellas, apercibido como objeto de valor. Yo me ocupo de él, él ejerce sobre mí estímulos para que me ocupe de él; yo lo contemplo: cómo se comporta como objeto de tal índole, cómo se acreditan estas nuevas propiedades que no son propiedades de la naturaleza, cómo se determinan con más precisión, etc. Pero yo no soy solamente un sujeto que valora, sino también un sujeto que quiere, y me verifico como tal no solamente como sujeto de las experiencias de valor y del pensamiento que juzga, etc., en esta referencia; puedo también transformar creativamente estas cosas, utilizarlas actualmente para los fines para los cuales sirven, etc. Ellas también acreditan ahí su existencia como naturaleza en cierto nivel inferior intuitivo. En caso contrario, no son nada, ya no me determinan o motivan en esta referencia; eventualmente, empero, actúan sobre mí los objetos ilusorios como tales, los noemata en su tachadura, a su manera, como antes a la suya los noemata en su carácter de ser protodóxico.