I2 (55) - Hua IV 217

Wir haben da (Q.V.) das Verhältnis des Reagierens auf etwas, dadurch Reize erfahren, dadurch motiviert sein in einem bestimmten Sinne. Ich werde motiviert zur Zuwendung, 25zur aufmerkenden, gefallenden Zuwendung, ich erfahre den Reiz der Schönheit. Etwas erinnert mich an ein anderes ihm Ähnliches, die Ähnlichkeit reizt mich zur Vergleichung und Unterscheidung. Etwas unvollständig Gesehenes bestimmt mich aufzustehen und hinzugehen. Die schlechte Zimmerluft (die ich 30als solche erfahre) reizt mich, das Fenster zu öffnen. Immer haben wir da das "von etwas leiden", passiv durch etwas bestimmt sein, und aktiv darauf reagieren, zu einem Tun übergehen, und dieses Tun hat ein Ziel. Hierher gehört alles Machen, Umgestalten physischer Objekte, aber auch 35jedes "ich bewege" (meine Hand, meinen Fuß etc.) und ebenso "ich stoße", ich schiebe, ich ziehe, ich leiste Widerstand einem Ding usw. Freilich ist das Geschehen der mechanischen Bewegung meiner Hand und ihre mechanische Wirkung auf die "gestoßene" Kugel ein physisch-realer Vorgang. Ebenso ist das [218]Objekt "dieser Mensch", "dieses Tier" nach seiner "Seele" an diesem Geschehen beteiligt und sein "ich bewege die Hand, den Fuß" ist ein psychophysisch verflochtener Vorgang, der im Zusammenhang der psychophysischen Realität real-kausal 5zu erklären ist. Aber hier liegt nicht dieser reale psychophysische Vorgang vor, sondern das intentionale Verhältnis: Ich, das Subjekt, bewege die Hand, und was das in der subjektiven Betrachtungsweise ist, das schließt allen Rekurs auf die Gehirnprozesse, Nervenprozesse etc. aus, und 10ebenso für das "ich stoße den Stein". Das bewußtseinsmäßig so und so erscheinende Leibesglied Hand ist als solches Substrat des "ich bewege", ist Objekt für das Subjekt und sozusagen Thema seiner Freiheit, seines freien Tuns, und in dem Stoßen das Mittel, "wodurch" das ebenfalls für mich 15intentional gegebene Ding "Thema" des Stoßens (des "ich stoße") werden kann und wird.
I2 (55) 264 - Hua IV 217

Tenemos ahí (Q.V.) la relación del reaccionar ante algo, experimentar estímulos por ello, estar motivado por ello en un sentido determinado. Soy motivado a volverme, a volverme con atención, con agrado; experimento el estímulo de la belleza. Algo me recuerda a otra cosa similar; la similitud me estimula a la comparación y la diferenciación. Algo fragmentariamente visto me determina a levantarme e ir hacia allá. El mal aire en la habitación (que yo experimento como tal) me estimula a abrir la ventana. Siempre tenemos ahí el "padecer por algo", /265/ser pasivamente determinado por algo, y reaccionar ante ello activamente, pasar a un hacer, y este hacer tiene una meta. Aquí se incluye todo elaborar, transformar objetos físicos, pero también todo "yo muevo" (la mano, el pie, etc.) e igualmente "yo golpeo", yo empujo, yo jalo, yo le opongo resistencia a una cosa, etc. Ciertamente el ocurrir del movimiento mecánico de mi mano y su efecto mecánico sobre la bola "golpeada" es un proceso físico-real. Igualmente, el[218] objeto "este hombre", "este animal", es según su "alma" partícipe en este ocurrir, y su "yo muevo la mano, el pie" es un proceso psicofísicamente entrelazado, que en el nexo de la realidad psicofísica puede explicarse real-causalmente. Pero aquí no tenemos delante este proceso psicofísico real, sino la relación intencional: yo, el sujeto, muevo la mano, y lo que eso es en la manera de consideración subjetiva, excluye toda apelación a los procesos cerebrales, a los procesos nerviosos, etc., y lo mismo para el "yo golpeo la piedra". El miembro corporal mano que concientemente aparece así y asá, es como tal sustrato del "yo muevo", es objeto para el sujeto y, por así decirlo, tema de su libertad, de su libre hacer, y en el golpear es el medio "mediante el cual" la cosa, que también me es dada intencionalmente, puede llegar a ser y llega a ser "tema" del golpear (del "yo golpeo").