I2 (56a) - Hua IV 221

Man kann von reinen Vernunftmotivationen in einem doppelten Sinne reden: es kann sagen, die bloßen Verhältnisse und Forderungszusammenhänge zwischen eigentlich so zu nennenden "Akten". Das Subjekt 25ist hier das "tätige", in gewisser Weise ist es überall hier, auch im rein logischen Denken, "handelnd". Die Vernunft kann nun reine Vernunft heißen, wenn und sofern sie einsichtig und durchaus einsichtig motivierte ist. Das braucht aber nicht der Fall zu sein. Auch Fehlschlüsse unterstehen dem Titel Vernunftmotivation.30 Ihre "Materie" ist vielleicht Niederschlag von Vernunftakten, aber jetzt verworren-einheitlich auftauchend und so die Thesis erhaltend. Die Vernunft ist hier eine "relative". Wer sich von Trieben, Neigungen ziehen läßt, die blind sind, weil sie nicht vom Sinn der als Reiz fungierenden Sachen ausgehen, 35nicht in ihm ihre Quelle haben, ist unvernünftig getrieben. Halte ich aber etwas für wahr, eine Forderung für sittlich, also aus den entsprechenden Werten entquellend, und folge ich frei der vermeinten Wahrheit, der vermeinten sittlichen Güte, so bin ich vernünftig --- aber relativ, sofern ich mich darin ja irren [222]kann. Ich entwerfe eine Theorie in relativer Vernunft, sofern ich die Intentionen erfülle, die mir durch meine Voraussetzungen vorgezeichnet sind. Aber ich kann übersehen haben, daß eine meiner Voraussetzungen nicht stimmte. Vielleicht folge ich da 5einer blinden Tendenz. Ich glaubte mich zu erinnern, daß der Satz bewiesen sei; die Tendenz ist keine völlig blinde, sofern die Erinnerung ihre Vernunft hat. Schließlich kommen wir hier zu den Grundfragen der Ethik im weitesten Sinne, die das vernünftige Subjektverhalten zum Gegenstand hat.
I2 (56a) 268 - Hua IV 221

Puede hablarse de motivaciones de razón puras en un doble sentido: puede aludirse a las meras relaciones y nexos de exigencia entre los que pueden propiamente llamarse "actos". El sujeto es aquí lo "activo"; en cierta manera está aquí por todas partes "actuando", incluso en el pensar puramente lógico. La razón puede llamarse ahora razón pura cuando y en la medida en que está intelectiva y por completo intelectivamente motivada. Pero éste no necesita ser el caso. Bajo el título de motivación de razón caen también inferencias inválidas. Su "materia" es tal vez sedimento de actos de razón, pero ahora surge de modo unitario-confuso y así sustenta la tesis. La razón es aquí una razón "relativa". Quien se deja llevar por impulsos e inclinaciones, que son ciegos porque no parten del sentido de las cosas que fungen como estímulo, porque no tienen su fuente en él, es impulsado irracionalmente. Pero si tengo algo por verdadero, o una exigencia por moral, como surgida, pues, de los valores correspondientes,/269/ y sigo libremente la verdad presunta, o el bien moral presunto, entonces soy racional ---pero relativamente, en tanto que puedo en efecto equivocarme en ello.[222] Esbozo una teoría en razón relativa en la medida en que cumplo las intenciones que están delineadas para mí por mis presuposiciones. Pero puedo haber pasado por alto que una de mis presuposiciones no era correcta. Acaso sigo ahí una tendencia ciega. Creía recordar que la proposición estaba probada; la tendencia no es completamente ciega, en tanto que el recuerdo tiene su razón. Finalmente llegamos aquí a las cuestiones fundamentales de la ética en el sentido más amplio, que tiene como objeto el comportamiento racional del sujeto.