I2 (56h) - Hua IV 241

Genau so steht es mit der Einheit Mensch. (Q.V.) Nicht ist der Leib 15eine ungeschiedene physische Einheit, ungeschieden vom Standpunkt seines "Sinnes", des Geistes. Sondern die physische Einheit des dastehenden Leibes, des sich so und so verändernden oder ruhenden, ist vielfach artikuliert und je nach den Umständen bald bestimmter, bald weniger bestimmt. Und die 20Artikulation ist eine Sinnesartikulation, und das besagt, sie ist nicht eine solche, die innerhalb der physischen Einstellung zu finden ist, und so, als ob jeder physischen Teilung, jeder Unterscheidung physischer Eigenschaften "Bedeutung" zukäme, nämlich Bedeutung als Leib, bzw. ein eigener Sinn, 25ein eigener "Geist" zukäme. Vielmehr ist eben die Auffassung eines Dinges als Mensch (und näher als Mensch, der spricht, liest, tanzt, sich ärgert und tobt, sich verteidigt oder angreift usw.) eine solche, welche mannigfaltige, aber ausgezeichnete Momente der erscheinenden körperlichen Gegenständlichkeit beseelt, 30dem Einzelnen Sinn, seelischen Inhalt gibt und wieder die schon beseelten Einzelheiten nach den im Sinn liegenden Forderungen zu höherer Einheit verknüpft und zuletzt zur Einheit des Menschen.
I2 (56h) 288 - Hua IV 241

Exactamente así ocurre con la unidad hombre. (Q.V.) No es el cuerpo una unidad física indivisa, indivisa desde el punto de vista de su "sentido", del espíritu. Sino la unidad física del cuerpo que está ahí, del que se altera así y asá o está en reposo, está múltiplemente articulada y, según las circunstancias, ya más determinada, ya menos determinada. Y la articulación es una /289/articulación de sentido, y esto quiere decir que no es de tal índole que pueda hallarse en el interior de la actitud física, y como si a cada partición física, a cada diferenciación de propiedades físicas le conviniera "significado", a saber, significado como cuerpo, o le conviniera un sentido propio, un "espíritu" propio. Más bien la aprehensión de una cosa como hombre (y con más precisión como hombre que habla, lee, baila, se enfada y vocifera, se defiende o ataca, etc.) es precisamente de tal índole que anima múltiples momentos, pero señalados, de la objetividad corpórea aparente; a lo singular le da sentido, contenido anímico, y a las singularidades ya animadas las vincula de nuevo, conforme a las exigencias que yacen en el sentido, en una unidad superior y, por último, en la unidad del hombre.