I2 (57) - Hua IV 250

Ich, das persönliche Ich, bin mir nach der Entwicklung der empirischen Ichapperzeption eine Vorgegebenheit, so gut wie das Ding mir vorgegeben ist, nachdem die Dingapperzeption entwickelt ist. So wie mich "Erfahrung" im Sinne der nach entwickelter15 Dingapperzeption fortgeführten absichtlichen Beobachtung und willkürlich geordneter Befriedigung des sachlichen Interesses in Erfahrungsreihen das Ding näher kennen lehrt --- was bis zur beobachtenden Wissenschaft führt: so auch für das empirische Ich. Ich gehe absichtlich "in die Erfahrung hinein" 20und lerne mich ev. mit rein beobachtendem Interesse "näher" kennen. Die Selbstwahrnehmung als personale Selbstwahrnehmung und der Zusammenhang der reflektiven Selbsterfahrungen "lehrt" mich, daß meine reinen Ichakte sich unter ihren [251]subjektiven Umständen geregelt abwickeln. Ich sehe eidetisch ein oder kann einsehen, daß diesen geregelten Abläufen gemäß sich notwendig die "Vorstellung" Ich-Person, die empirische Ichapperzeption entwickeln muß und unaufhörlich 5weiter entwickeln muß, daß also ich, wenn ich nach einem Erlebnisablauf, Ablauf von mancherlei Cogitationen, reflektiere, mich als persönliches Ich konstituiert vorfinden muß. Der Erlebnislauf des reinen Bewußtseins ist notwendig ein Entwicklungsverlauf, in dem das reine Ich die apperzeptive Gestalt des 10persönlichen Ich annehmen muß, also zum Kern von allerlei Intentionen werden muß, die ihre Ausweisung, bzw. Erfüllung in Erfahrungsreihen der angedeuteten Art finden würden.
I2 (57) 298 - Hua IV 250

Yo, el yo personal, soy para mí, tras el desarrollo de la apercepción de yo empírica, una predación, tal como la cosa me está predada una vez que la apercepción de cosa se ha desarrollado. Así como la "experiencia", en el sentido de la observación que se prosigue de propósito una vez desarrollada la apercepción de cosa y la satisfacción voluntariamente ordenada del interés por la cosa en series de experiencias, me da a conocer mejor la cosa ---lo que conduce hasta la ciencia observacional---, así también con respecto al yo empírico. Yo "me interno en la experiencia" de propósito y, eventualmente con un interés puramente observacional, llego a conocerme "mejor". La percepción de sí mismo como percepción de sí mismo personal y el nexo de las experiencias de sí mismo reflexivas, me "enseña" que mis actos de yo puros [251] se desenvuelven reguladamente en sus circunstancias subjetivas. Eidéticamente veo o puedo ver intelectivamente que, en conformidad con estos transcursos regulados, tiene que desarrollarse necesariamente la "representación" yo-persona, la apercepción de yo empírica, y tiene que seguir desarrollándose incesantemente; que por ende yo, si reflexiono tras un transcurso de vivencias, tras un transcurso de cogitaciones cualesquiera, tengo que encontrarme constituido como yo personal. El correr de las vivencias de la conciencia pura es necesariamente un curso de desarrollo en el cual el yo puro tiene que adoptar la configuración aperceptiva del yo personal, o sea, tiene que convertirse en el núcleo de toda clase de intenciones, las cuales hallarían su acreditación o su cumplimiento en series de experiencias de la especie aludida.