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Wir haben also (Q.V.) zu unterscheiden zwischen der menschlichen Person, der apperzeptiven Einheit, die wir in der Selbstwahrnehmung und Wahrnehmung anderer erfassen, und der Person als dem Subjekt der Vernunftakte, deren Motivationen und Motivationskräfte uns im ursprünglichen35 eigenen Erleben sowie im nachverstehenden Erleben anderer zur Gegebenheit kommen. Dabei geht der Blick auf das spezifisch Geistige, das freie Aktleben.
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Tenemos por tanto (Q.V.) que distinguir entre la persona humana, la unidad aperceptiva que captamos en la percepción de sí mismo y en la percepción de otro, y la persona como el sujeto de los actos de razón, cuyas motivaciones y fuerzas de motivación vienen para nosotros a darse en el vivenciar propio primigenio, así como en el vivenciar del otro que comprendo reviviéndolo. Aquí la mirada va a lo específicamente espiritual, la vida libre del acto.