I2 (61) - Hua IV 276

Wir kommen hier wieder (Q.V.) auf die alte, so früh sich schon aufdrängende Scheidung zwischen Vernunft und Sinnlichkeit. Die letztere hat auch ihre Regeln, und zwar ihre Verstandesregeln30 der Einstimmigkeit und Unstimmigkeit, es ist eine Schicht verborgener Vernunft, zunächst jedenfalls soweit Konstitution von Natur reicht: da doch alle komplizierten Verhältnisse des Wenn --- So, alle Kausalitäten zu Leitfäden von theoretischen, also geistigen Explikationen werden können, 35von Klarlegungen in der Form: "in der Einstimmung der Erfahrung bestätigt sich die Doxa der Wahrnehmung, in der Unstimmigkeit hebt sich das gesetzte Sein oder Sosein auf" etc.
I2 (61) 324 - Hua IV 276

Llegamos aquí de nuevo (Q.V.) a la antigua distinción, que se impuso ya muy tempranamente, entre razón y sensibilidad. La última tiene también sus reglas, y en verdad sus reglas intelectuales de la concordancia y la discordancia; es un estrato de razón latente, en primer lugar en todo caso hasta donde llega la constitución de la naturaleza: pues ciertamente todas las complicadas relaciones del si -- entonces, todas las causalidades pueden convertirse en hilos conductores de explicitaciones teóricas, o sea, espirituales, de esclarecimientos de la forma: "en la concordancia de la experiencia se confirma la doxa de la percepción,/325/ en la discordancia se suprime el ser o el ser-así puesto", etcétera.