I2 (62) - Hua IV 286

Gehen wir dann zur "objektiven Natur" über, die den Geist als Umstand ausschließt, weil wir die ganze geisteswissenschaftliche Einstellung verlassen, so haben wir nichts vom Verhalten 25des Subjekts, wir haben bloß Dinge, aesthesiologische Abhängigkeiten, psychologische Abhängigkeiten und zugehörige objektive Realitäten.

Gehen wir von einer Einstellung in die andere über, so erzeugt der Geist in seiner Einstellung etwas, und vermöge des Parallelismus30 entsprechen ihm abhängige Änderungen in der objektiven Welt. Daß sie abhängig sind, ist aber objektiv herauszustellen, ich kann und muß mich davon überzeugen, ob "in der Wirklichkeit" der Leibesbewegung eine wirkliche Naturbewegung entspricht etc. Auf dem Standpunkt der objektiven Naturerkenntnis35 tritt (wenn es in der geisteswissenschaftlichen Einstellung heißt: "die Person bewegt ihren Leib") im leiblichseelischen Zusammenhang, und zwar als Bewußtseinszustand, ein Akt des "fiat" ein, zugehörige Erscheinungen etc. Und das alles ist in der leib-seelischen Realität Zustand. Der Geist ist hier aber keine [287]Realität, er existiert hier gar nicht als Geist, es existiert nur das cogito als Zustand, das Ich darin etc.

I2 (62) 334 - Hua IV 286

Si pasamos luego a la "naturaleza objetiva", la cual excluye el espíritu como circunstancia, porque abandonamos la actitud /335/científico-espiritual entera, entonces no tenemos ya nada del comportamiento del sujeto, tenemos meramente cosas, dependencias estesiológicas, dependencias psicológicas y realidades objetivas inherentes.

Si pasamos de una actitud a la otra, entonces el espíritu en su actitud produce algo, y en virtud del paralelismo le corresponden a él cambios dependientes en el mundo objetivo. Que éstos son dependientes puede, empero, ponerse de manifiesto objetivamente; puedo y tengo que convencerme de si "en la realidad" al movimiento corporal le corresponde un movimiento real en la naturaleza, etc. Desde el punto de vista del conocimiento objetivo de la naturaleza, en el nexo corporal-anímico ingresa (cuando en la actitud científico-espiritual se dice: "la persona mueve su cuerpo"), y en verdad como estado de conciencia, un acto de "fiat", apariciones inherentes, etc. Y en la realidad anímico-corporal todo ello es un estado. El espíritu, sin embargo, no es aquí una [287]realidad; aquí no existe en absoluto como espíritu; existe solamente el cogito como estado, el yo en él, etcétera.