I2 (62) - Hua IV 282

Der Leib spielt also beim Geistigen phänomenologisch eine umfassende Rolle. Das rein Geistige liegt in allen tätigen Akten, 30die teils Aktionen, teils Passionen sind. Das Ichliche, Subjektiv-Geistige [Fussnote: 1) Subjektiv ist, wie zu erinnern ist, auch Gehabtes wie Erscheinungen; aber dergleichen ist nicht Passion oder Aktion, ist nicht zur Ichheit gehörig als ihr Leben, sondern zugehorig als Feld, als Medium, als Gehabtes.] hat besondere "Verbindung" mit dem eigenen Leib; freilich primär besteht diese Verbindung hinsichtlich besonderer Daten (Bewegungsempfindungen, von Leibesempfindungen ausstrahlende Tendenzen zu Bewegungsempfindungsabläufen), die 35leiblich apperzipiert in alles leibliche mit eingehen. Damit hängt dann auch der "Ausdruck" zusammen, der fremde Leiber [283]als Leiber für Geistesleben in weitem Ausmaß zu interpretieren gestattet. Der Leib ist nicht nur für mich als mein Leib ein besonderes Subjektives, sofern er Vermittler meiner Wahrnehmungen, meiner in die Dingwelt hinausgehenden 5Wirkungen ist; er gewinnt vom Anderen aufgefaßt eine Bedeutung, eine geistige Bedeutung, sofern er Geistiges ausdrückt (nicht nur Sinnlichkeit anzeigt).
I2 (62) 330 - Hua IV 282

Fenomenológicamente, por ende, el cuerpo desempeña en lo espiritual un extenso papel. Lo puramente espiritual yace en todos los actos activos, que son en parte acciones, en parte /331/pasiones. Lo yoico, lo espiritual-subjetivo,[Nota al pie: b No hay que olvidar que subjetivo es también lo tenido, como las apariciones; pero esto no es pasión o acción, no es perteneciente a la yoidad como vida suya, sino que le es inherente como campo, como medio, como algo tenido.] tiene un particular "enlace" con el cuerpo propio; claro que primariamente este enlace existe respecto de datos particulares (sensaciones de movimiento, tendencias a cursos de sensaciones de movimiento que irradian de sensaciones corporales), que, apercibidos corporalmente, se co-integran a todo lo corporal. Luego está también en conexión con ello la "expresión", que en gran medida autoriza a interpretar los cuerpos ajenos[283] como cuerpos para la vida espiritual. El cuerpo no es solamente para mí, en cuanto mi cuerpo, algo subjetivo particular en tanto que es mediador de mis percepciones, de los efectos que produzco en el mundo de las cosas; aprehendido por el otro, alcanza un significado, un significado espiritual, en tanto que expresa lo espiritual (no sólo denuncia la sensibilidad).