IP (4) - Hua II 61

35Halten wir also die absolute Selbstgegebenheit fest, von der wir nun schon wissen, daß sie nicht Selbstgegebenheit reeller Einzelheiten, etwa der absoluten Einzelheiten der cogitatio besagt, dann fragt es sich, wie weit sie reicht und inwiefern sie sich oder in welchem Sinne sie sich an die Sphäre der cogitationes [62]und der sie generalisierenden Allgemeinheiten bindet. Hat man das erste und naheliegende Vorurteil abgeworfen, das in der singulären cogitatio und in der Sphäre der reellen Immanenz das einzige absolut Gegebene sieht, so muß man nun auch das 5weitere und nicht minder naheliegende Vorurteil abtun, als ob nur in den aus dieser Sphäre entnommenen generellen Intuitionen neue selbstgegebene Gegenständlichkeiten erwüchsen.
IP (4) 76 - Hua II 61

Si, pues, nos aferramos al darse absolutamente las cosas mismas (acerca del cual sabemos ahora que no significa darse los objetos singulares ingredientes mismos, por ejemplo, los objetos singulares absolutos de la cogitatio), plantéase la cuestión de hasta dónde alcanza y en qué medida o en qué sentido se vincula a la esfera de las cogitationes [62]y de los objetos universales que son géneros de ellas. Si se ha recusado el prejuicio primero y fácil de tener que ve en la cogitatio singular y en la esfera de la inmanencia ingrediente lo único absolutamente dado, hay entonces que derribar también este otro ---al que no es menos fácil sucumbir---: como si únicamente en las intuiciones genéricas tomadas de aquella esfera surgieran nuevos objetos dados en sí mismos.