PV (1) - Hua I 10

Die phänomenologische Epoché, die der Gang der gereinigten Cartesianischen Meditationen von mir, dem Philosophierenden fordert, schaltet wie die Seinsgeltung der objektiven Welt überhaupt so auch die 25Weltwissenschaften, und selbst schon als Welttatsachen, aus meinem Urteilsfeld aus. Für mich gibt es also kein Ich und keine psychischen Akte, psychischen Phänomene im Sinne der Psychologie, für mich gibt es also auch nicht mich als Menschen, <nicht> 30meine eigenen cogitationes als Bestandstücke einer psychophysischen Welt. Aber dafür habe ich mich gewonnen, und jetzt mich allein als dasjenige reine Ich mit dem reinen Leben und den reinen Vermögen (z.B. dem evidenten Vermögen: ich kann mich urteilend enthalten), durch das für mich Sein dieser35 Welt und jeweiliges So-sein überhaupt Sinn und mögliche Geltung hat.
PV (1) 13 - Hua I 10

La epojé fenomenológica que el curso de las meditaciones cartesianas depuradas exige de mí, el filosofante, desconecta de mi campo de juicio la validez de ser del mundo objetivo [ob] en general, así como también las ciencias del mundo e incluso ya en cuanto hechos del mundo. Para mí por ende no hay ni yo ni actos psíquicos, fenómenos psíquicos en el sentido de la psicología; así, para mí tampoco hay yo en cuanto hombre, <tampoco> mis propias cogitationes como fragmentos integrantes de un mundo psicofísico. Pero, a cambio, me he ganado a mí, y ahora a mí únicamente, como aquel yo puro con la vida pura y las capacidades puras (por ejemplo, la evidente capacidad: puedo, al juzgar, abstenerme), por el cual para mí el ser de este mundo y el respectivo ser-así, tienen en general sentido y posible validez.