PW (H4) - Hua XXV 57

Also wohin immer die neue Umwendung der Philosophie sich richten mag, es ist außer Frage, daß sie den Willen auf strenge Wissenschaft30 nicht preisgeben darf, vielmehr sich dem praktischen Weltanschauungsstreben als theoretische Wissenschaft gegenüberstellen und sich von ihm vollbewußt trennen muß. Denn hier müssen auch alle Vermittlungsversuche abgelehnt werden. Vielleicht werfen ja die Befürworter der neuen Weltanschauungsphilosophie 35ein, daß dieser nachgehen nicht heißen müsse, die Idee strenger Wissenschaft fahren zu lassen. Der rechte Weltanschauungsphilosoph [58]werde nicht nur wissenschaftlich in der Grundlegung sein, nämlich alle Gegebenheiten der strengen Einzelwissenschaften als feste Bausteine brauchen, er werde auch wissenschaftliche Methode üben und jede Möglichkeit streng wissenschaftlicher Förderung der philosophischen5 Probleme gerne ergreifen. Nur werde er, im Gegensatz zur metaphysischen Zaghaftigkeit und Skepsis der vorangegangenen Epoche, {338}mit kühnem Wagemut auch den höchsten metaphysischen Problemen nachgehen, um das Ziel einer nach Lage der Zeit Intellekt und Gemüt harmonisch befriedigenden Weltanschauung zu gewinnen.10
PW (H4) 68 - Hua XXV 57

Por lo tanto, cualquiera que sea la dirección que tome la nueva marcha de la filosofía, está fuera de duda que no debe renunciar al deseo de ser ciencia estricta, antes bien, en cuanto ciencia teórica tiene que oponerse a la aspiración práctica a una cosmovisión y alejarse de ella con plena conciencia. Pues en este caso hay que rechazar toda tentativa de conciliación. Es posible que los que propugnan la nueva filosofía de la cosmovisión objeten que adherir a ésta no quiere decir necesariamente abandonar la idea de ciencia estricta. El verdadero filósofo de la cosmovisión [58]no sólo sería científico en la fundamentación, es decir, empleando como cimientos sólidos todos los datos de las ciencias particulares y estrictas, sino que también se sometería a métodos científicos y aprovecharía toda posibilidad de elaboración rigurosamente científica de los problemas filosóficos. Sólo que, en contraste con la vacilación y la duda metafísica de épocas anteriores, afrontará con intrepidez los más altos problemas metafísicos para llegar a la meta de una cosmovisión que satisfaga armónicamente el intelecto y el ánimo, de conformidad con el carácter de la época.