PW (H4) - Hua XXV 60

Man nennt unsere Zeit eine Zeit der décadence. Ich kann diesen Vorwurf nicht für gerechtfertigt halten. Man wird in der 5Geschichte kaum eine Zeit finden, in welcher eine solche Summe von arbeitenden Kräften in Bewegung gesetzt und mit solchem Erfolge am Werke waren. Wir mögen die Ziele nicht immer billigen; wir mögen es auch beklagen, daß in stilleren, behaglicher dahinlebenden Epochen Blüten des Geisteslebens erwuchsen, wie wir ähnliche10 in der unsrigen nicht finden und erhoffen können. Und doch, mag zumal das Gewollte und immer wieder Gewollte in unserer Zeit den ästhetischen Sinn abstoßen, dem die naive Schönheit des frei Erwachsenen so viel näher geht, wie ungeheure Werte liegen doch {340}in der Willenssphäre, wofern die großen Willen nur die rechten Ziele 15finden. Es hieße unserer Zeit aber sehr Unrecht tun, wenn man ihr den Willen zum Niedrigen andichten wollte. Wer den Glauben zu wecken, wer für die Größe eines Ziels Verständnis und Begeisterung zu erregen vermag, wird die Kräfte leicht finden, die sich diesem zuwenden. Ich meine, unsere Zeit ist ihrem Berufe nach eine große 20Zeit --- nur leidet sie am Skeptizismus, der die alten, ungeklärten Ideale zersetzt hat. Und sie leidet eben darum an der zu geringen Entwicklung und Macht der Philosophie, die noch nicht weit, noch nicht wissenschaftlich genug ist, um den skeptischen Negativismus (der sich Positivismus nennt) durch den wahren Positivismus überwinden25 zu können. Unsere Zeit will nur an "Realitäten" glauben. Nun, ihre stärkste Realität ist die Wissenschaft, und so ist die philosophische Wissenschaft das, was unserer Zeit am meisten not tut.
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Se dice que nuestra época es de decadencia. No puedo considerar justificado este reproche. Difícilmente se encontrará en la historia una época en que se hayan puesto en movimiento una suma tal de energías y en que esas energías hayan actuado con tanto éxito. Es posible que no siempre aprobemos los fines; también es posible que lamentemos que en épocas más tranquilas, en que la vida se desliza más placentera, hayan brotado flores de la vida del espíritu/71/ que en nuestra época no podemos encontrar ni esperar. Y aun cuando de tiempo en tiempo lo deseado e insistentemente querido en nuestra época repugna al sentido estético que prefiere la belleza ingenua de lo libremente crecido ¡qué inmensos valores se encuentran, sin embargo, en la esfera de la voluntad, a condición solamente de que las grandes voluntades encuentren los verdaderos fines! Sería cometer una injusticia con nuestra época si le imputáramos una voluntad orientada hacia lo inferior. El que es capaz de despertar la fe, la comprensión y el entusiasmo por la grandeza de un fin, encontrará fácilmente las energías para dirigirse a ese fin. Pienso que nuestra época es grande por su vocación --- sólo adolece del escepticismo que destruyó los viejos discutidos ideales. Y por eso sufre de la falta de desarrollo y de un escaso poder de la filosofía, aún insuficientemente avanzada e insuficientemente científica como para poder superar el negativismo escéptico (que se llama a sí mismo positivismo) mediante el verdadero positivismo. Nuestra época sólo quiere creer en 'realidades'. Su más fuerte realidad es la ciencia, y la ciencia filosófica es, en consecuencia, lo que más necesita nuestra época.