UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

A la comunidad universitaria y a la sociedad en general:

Tras el lamentable homicidio de Jesús Israel en el CCH Sur, nuestra universidad ha enfrentado amenazas de explosivos y paros estudiantiles en varias escuelas y facultades. Las medidas de vigilancia y control, aunque pueden ser necesarias en algunos casos, no resuelven los problemas de fondo de la comunidad universitaria. Alivian, pero sólo momentáneamente, las percepciones negativas, pues no atienden los problemas de fondo.
 

Atender la salud mental es muy importante, y aplaudimos los esfuerzos de la universidad para atenderla pese a los recursos limitados, pero el cuidado de la salud mental no puede ser la estrategia completa ni su eje central. No se puede ignorar que hay grupos de reacción a los avances de la lucha feminista y otros esfuerzos a favor de los derechos de otros ejes de la población históricamente discriminados. También es preciso reconocer que la violencia y la inseguridad en la UNAM no son problemas recientes, y que hay una atención desigual, tanto mediática como institucional, a los planteles de Ciudad Universitaria y sus alrededores con respecto a los que están en otras zonas del área metropolitana y también a los que están fuera de ella.
 

Los sucesos recientes revelan graves problemas subyacentes en la universidad. Brechas entre diversos sectores de la comunidad, normativas desactualizadas, así como acciones u omisiones que perjudican el mejor desarrollo de la comunidad universitaria, se convierten en violencia institucional, contribuyen al deterioro de las relaciones entre la comunidad y permiten que intereses contrarios a los universitarios controlen la agenda.
 

Esperamos que la muy merecida atención reciente al CCH Sur sirva para dirigir nuestra mirada y nuestros oídos a todos los planteles y todas las entidades, especialmente si están fuera de Ciudad Universitaria. Entre todas y todos, autoridades, personal académico, personal administrativo y estudiantado y sus familias, podemos construir una estrategia integral, participativa y dialógica. Es necesario escuchar a cada uno de los sectores, y sobre todo a la comunidad estudiantil; ella es quien conoce mejor los problemas ya que los vive cotidianamente. La comunidad estudiantil puede aportar soluciones, que sean parte de estrategias universitarias más amplias, para fortalecer la vida comunitaria y el cuidado recíproco.
 

En el Instituto de Investigaciones Filosóficas trabajamos diariamente para ser un espacio libre de violencias, incluyendo la violencia institucional, y donde el miedo, el enojo, la preocupación, el deseo de mejorar y el disenso se pueden convertir, mediante el diálogo, en propuestas concretas, realizables, para construir día con día la comunidad universitaria que queremos ser.

“Por mi Raza Hablará el Espíritu”
Ciudad Universitaria, a 21 de octubre de 2025