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Sicherlich ist ein leibloses und, so paradox es klingt, wohl auch ein seelenloses, nicht personales Bewußtsein denkbar, d.h. ein Erlebnisstrom, in dem sich nicht die intentionalen Erfahrungseinheiten10 Leib, Seele, empirisches Ichsubjekt konstituierten, in dem all diese Erfahrungsbegriffe, und somit auch der des Erlebnisses im psychologischen Sinn (als Erlebnisses einer Person, eines animalischen Ich), keinen Anhalt und jedenfalls keine Geltung hätten. Alle empirischen Einheiten und so auch die 15psychologischen Erlebnisse sind Indices für absolute Erlebniszusammenhänge von ausgezeichneter Wesensgestaltung, neben welchen eben noch andere Gestaltungen denkbar sind; alle sind in gleichem Sinne transzendent, bloß relativ, zufällig. Man muß sich davon überzeugen,{106} daß die Selbstverständlichkeit, mit 20der jedes eigene und fremde Erlebnis erfahrungsmäßig als psychologische und psychophysische Zuständlichkeit animalischer Subjekte gilt, und in voller Rechtmäßigkeit gilt, in der bezeichneten Hinsicht ihre Grenzen hat; daß dem empirischen Erlebnis gegenübersteht, als Voraussetzung seines Sinnes, das 25absolute Erlebnis; daß dieses nicht eine metaphysische Konstruktion, sondern durch entsprechende Einstellungsänderung in seiner Absolutheit zweifellos Aufweisbares, in direkter Anschauung zu Gebendes ist. |
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Con seguridad es concebible una conciencia sin cuerpo, y, por paradójico que suene, también una conciencia sin alma, no personal, es decir, una corriente de vivencias en que no se constituyan las unidades intencionales de experiencia, cuerpo, alma, sujeto-yo empírico, o en que todos estos conceptos empíricos, y por ende también el de vivencia en sentido psicológico (vivencia de una persona, de un yo animado) no tengan apoyo alguno, ni en todo caso validez alguna. Todas las unidades empíricas, y así también las vivencias psicológicas, son índices de complejos de vivencias absolutas de una señalada forma esencial, al lado de las cuales son concebibles aún otras formas; todas son en el mismo sentido trascendentes, meramente relativas, contingentes. Hay que convencerse de que la naturalidad con que toda vivencia propia y ajena pasa empíricamente por un estado psicológico y psicofísico de sujetos animados, con toda justificación, tiene sus límites en el respecto señalado; a la vivencia empírica le hace frente, como supuesto de su sentido, la vivencia absoluta. Esto no es una construcción metafísica, sino algo cuyo carácter absoluto cabe comprobar sin duda alguna, se da en una intuición directa, cambiando debidamente la actitud. |