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Andererseits gehört dann doch zu ihm [dumpfes Bewußtsein], wie zu jedem 10Bewußtsein überhaupt die unbedingte Wesensmöglichkeit, daß es zum wachen werden kann, daß ein aktueller Ichblick sich an einer beliebigen Stelle desselben etabliere in Form eines diesem Bewußtsein sich einfügenden oder vielmehr aus diesem hervorquellenden cogito, daß sich dieser Vorgang dann wiederhole usw. 15Oder mit Leibniz zu sprechen, daß die Monade von der Stufe der Evolution in die der Involution übergehe und in höheren Akten zum selbstbewußten "Geiste" werde. Das Ich, das da aktuell wird, ist nichts von außen Hineingesetztes oder Hinzugesetztes, nichts, was im Moment des aktuellen Auftretens allererst20 wird, um dann wieder ins Nichts zu verschwinden. Das reine Ich muß alle meine Vorstellungen begleiten können. Dieser Kantische Satz hat einen guten Sinn, wenn wir unter Vorstellungen hier alles dunkle Bewußtsein verstehen. Prinzipiell kann sich das reine Ich in alle 25unvollzogenen (in einem bestimmten Sinn unbewußten, unwachen) intentionalen Erlebnisse hineinleben, es kann den in den Hintergrund zurückgesunkenen, nicht mehr vollzogenen das Licht des wachen Bewußtseins bringen, das Ich waltet nur im Vollzug, in den eigentlichen Cogitationen. Aber in alles kann 30es seinen Blick hineinsenden, was den Strahl der Ich-Funktion eben aufnehmen kann. Auf alles im Bewußtseinsfluß intentional Konstituierte kann es hinsehen, es erfassen, dazu Stellung nehmen usw. |
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Por otra parte, a ésta [la conciencia sorda], como a toda conciencia en general, le cabe sin duda la incondicionada posibilidad esencial de poder llegar a la vigilia; de que una mirada actual del yo se establezca en un sitio cualquiera/145/ de la misma en la forma de un cogito que se le añadiera a esta conciencia o que más bien brotara de ella; de que este proceso se repita después, etc. O para decirlo con Leibniz, de que la mónada transite del nivel de la evolución al de la involución y en actos superiores se convierta en el "espíritu" conciente de sí mismo. El yo que ahí llega a ser actual no es nada introducido o añadido desde fuera, nada que llegue a ser por vez primera en el momento del presentarse actual para luego desaparecer de nuevo en la nada. El yo puro tiene que poder acompañar todas mis representaciones. Esta proposición kantiana tiene un buen sentido, si aquí entendemos por representaciones toda conciencia oscura. Por principio, el yo puro puede ponerse a vivir en todas las vivencias intencionales inejecutadas (en un sentido determinado inconcientes, no en vigilia); puede llevar la luz de la conciencia en vigilia a las vivencias que vuelven a hundirse en el fondo, a las ya no ejecutadas; el yo impera solamente en la ejecución, en las cogitaciones propiamente dichas. Pero puede enviarle su mirada a todo lo que pueda precisamente recibir el rayo de la función-del-yo. Puede mirar hacia todo lo constituido intencionalmente en el flujo de la conciencia, captarlo, tomar posición respecto de él, etcétera. |