Itinerante. Seminario de historia e historiografía de las ciencias y las tecnologías
invita a su sesión:
“Hablando con los titici y los galenos sobre el Cocoliztli en la Nueva España (1545-1548)”
Imparte la Dra. Sandra Guevara (ENAH/UNAM)
comenta el Dr. Jon Arrizabalaga (Institución Milá i Fontanals, CSIC-Barcelona)
Viernes 11 de diciembre a las 11:00 hrs.
Zoom: https://zoom.us/j/94234675018
ID de la reunión: 942 3467 5018
Conferencia abierta al público
Más información y transmisión en vivo: https://www.facebook.com/SeminarioItinerante/
Las crónicas de españoles, mestizos e indígenas de la Nueva España dejaron constancia de una enfermedad con carácter epidémico ocurrida entre los años de 1545 a 1548, al igual que el desconcierto de los gobernantes y autoridades médicas por tratarse de una enfermedad desconocida que diezmó a la población indígena. Las autoridades consideraron que los médicos indígenas, llamados titici, serían los más aptos para diagnosticar la enfermedad y tratar a los enfermos (Viesca 1990b; Somolinos d´Ardois 1982; Aguirre Beltrán). Estos se confrontaron igualmente con una enfermedad ignorada que, para su pronto diagnóstico, nombraron cocoliztli, en náhuatl ‘enfermedad, epidemia, pestilencia’ (Robelo, 363).
Cocoliztli continuó como enfermedad desconocida hasta épocas recientes en que varios investigadores trataron de identificar su causa. Pese a los estudios, poco se ha conocido sobre la enfermedad, ya que se ignora la sociedad en que se presentó, además de ser considerada solo como entidad biológica, olvidando que también es una entidad creada por el diálogo entre cuerpo médico (practicantes) y sociedad (enfermos). De la interlocución, los primeros conciben el diagnóstico de la enfermedad, que refiere al significado que los humanos de un grupo le dan a un evento a partir de la cultura y biología en que se encuentran, y que se construye en una red de signos y símbolos sólo entendibles para el grupo (Le Roy Ladurie; Good; Cunningham 2002; Harley). En resumen, el diagnóstico permite al investigador adentrarse en la sociedad que observó, vivió y creó la enfermedad, pudiendo así conocer su contexto y cosmogonía (Good, Staiano).
Con base en lo mencionado, el objetivo principal de esta exposición es la aproximación al diagnóstico que elaboraron los titici para el cocoliztli de 1545 a 1548 en la Nueva España. Para ello, se buscarán los signos y símbolos de la enfermedad en códices indígenas. Estos son los testigos más directos a los titici, debido a que desde la época prehispánica y hasta el siglo XVI fueron empleados para preservar su historia y mantener la estabilidad del grupo.
Los códices se conforman de dos partes inseparables: los glifos, que son en sí texto que contiene significado, y su complemento, la tradición oral memorizada y transmitida por generaciones a través de los sabios prehispánicos (León-Portilla, 140; Boone y Mignolo, 20; Calnek; Dibble, 9). La importancia de los códices radica en que pueden contar una historia si se toman escenas pictográficas específicas con las posteriores versiones escritas del mismo material, ya que el evento representado lleva una lección, la cual ya es la interpretación del investigador con base en el texto y los logos (Calnek).
Desafortunadamente, en la actualidad no se cuenta con la parte oral de los códices. Para suplirla, se buscará en las Crónicas Novohispanas y obras médicas, escritas por personajes peninsulares, mestizos y/o indígenas en la Nueva España durante los siglos XVI y XVII.
Es así como a través de códices y crónicas será posible conocer la enfermedad tal y como la concibieron las mentes de aquellos que la observaron (y, en algunos casos, la experimentaron) directamente. Sin embargo, esto lleva a considerar que, pese a que los titici la diagnosticaron y trataron, al encontrarse en la condición de “conquistados,” además de la implementación de sistemas españoles en América, la construcción de la enfermedad pudo no haber sido enteramente indígena, sino que recibió influencia de los otros agentes que conformaban la sociedad. Considerando lo anterior, el objetivo secundario de esta presentación es reconocer la influencia que los agentes sociales que conformaban la sociedad ejercieron en el diagnóstico del cocoliztli.
Sandra Guevara Flores es Licenciada en Antropología Física en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (México), Maestra en Antropología Médica por Brunel University (Reino Unido), y Doctora en Historia de la Ciencia por la Universitat Autonoma de Barcelona (España). Su interés por la salud y la enfermedad le han llevado a desarrollar las líneas de investigación: Historia social y cultural de las enfermedades y la medicina, Construcción sociocultural de las enfermedades, Medicina y salud en la Nueva España s. XVI, Paleopatología, Paleoepidemiología, Antropología Médica, Discapacidad y educación en México, y Antropología Forense.
Su investigación de doctorado sobre el cocoliztli de 1545 en la Nueva España desde una perspectiva sociocultural, le ha valido el Division of History of Science and Technology Dissertation Prize por la International Union of History and Philosophy of Science and Technology, así como el Premio Anual 2018 de la Cátedra Gonzalo Aguirre Beltrán otorgado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Universidad Veracruzana.
Es profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la Licenciatura de Antropología Física, en la Universidad Nacional Autónoma de México, en el Centro de Estudios Antropológicos y en la Academia Internacional de Formación en Ciencias Forenses. Ha participado en congresos nacionales e internacionales, especialmente en España, Inglaterra, Estados Unidos y Suecia. Sus artículos y colaboraciones en libros abarcan desde la historia de las medicinas en la Nueva España, el estudio de enfermedades epidémicas desde una visión sociocultural, la reconstrucción sociocultural del cocoliztli de 1545, la paleoepidemiología de matlazahuatl de 1737, hasta el impacto de las redes sociales en los estudiantes con discapacidad.
Jon Arrizabalaga es investigador del CSIC en la Institución Milà i Fontanals de Barcelona. Se licenció en Medicina en la Universidad de Navarra, y se doctoró en Historia de la medicina en la Universidad de Zaragoza con una tesis centrada en la primera literatura médica sobre el mal francés en la Roma de finales del siglo XV. Ha sido profesor de Historia de la medicina en las universidades de Zaragoza y Cantabria.
Sus investigaciones se han centrado en historia cultural e historiografía de las enfermedades (sobre todo, las epidémicas, mentales y de transmisión sexual); educación, práctica y asistencia en la medicina europea del Antiguo Régimen; libro médico y científico en la primera imprenta; y enfermedades (re)emergentes, salud global y biomedicina en perspectiva histórica. En los últimos doce años ha investigado sobre medicina de guerra y humanitarismo en el mundo contemporáneo, con particular atención al caso español.
Ha publicado, entre otras obras, los libros: Eso no estaba en mi libro de Historia de la Medicina con Carlos Aitor Yuste (Guadalmazán, 2019); Nicasio Landa. Muertos y heridos, y otros textos con Guillermo Sánchez (Pamplona, Pamiela, 2016); Ciudad y hospital en el Occidente europeo (1300-1700) con Teresa Huguet-Termes, Pere Verdés-Pijuan y Manuel Sánchez-Martínez (Lleida, Editorial Milenio, 2013); y The Great Pox: The French Disease in Renaissance Europe con John Henderson y Roger K. French (New Haven-Londres, Yale University Press, 1997).
Coordinan:
Dra. Laura Cházaro (CINVESTAV)
Dra. Angélica Morales (CEIICH-UNAM)
Dr. Carlos López Beltrán (IIFs-UNAM)
Dra. Adriana Minor (CEH, COLMEX)
Dra. María Eugenia Constantino (UVM).