Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Instituto de Investigaciones Filosóficas
Posgrado en Filosofía
PAPIIT IN401517 “Ciencia e imaginación en la filosofía moderna”
Programa
Lunes 7 de mayo 2018
Mentes berkeleyanas
En este escrito analizo lo que me parece un rompecabezas para Berkeley y que está la base de los presupuestos empiristas: que todo el conocimiento comienza en la experiencia. Esta perspectiva incluye por supuesto el conocimiento que tenemos de Dios; sin embargo, como no tenemos experiencia de las acciones de la mente, ¿cómo podemos entender la creación de Dios de las otras mentes? Si no podemos entender cómo crea Dios las mentes, nos falta una herramienta epistémica para comprender la mitad de la creación de Dios. El misterio se fundiría con la metafísica de Berkeley en una conclusión poco atractiva.
Mi trabajo abordará este asunto, para lo cual articularé algunos de mis presupuestos sobre el conocimiento nocional y la actividad finita, ambos necesarios para enmarcar la cuestión. Luego consideraré algunas posibles salidas para Berkeley y, finalmente, propondré una que llamo el punto de vista del autor.
Berkeleian Minds
In this paper I would like to explore what seems to me to be a puzzle for Berkeley. The puzzle stems from a basic empiricist commitment: knowledge begins in experience. Empiricists thought that even knowledge of God comes this way, since we understand Him by reflecting on our own traits and perfecting them. Thus for example God’s goodness is like ours, but perfect. His power is like ours, but there’s a lot more of it. His creation too is like what we do to ideas in imagination, Berkeley thought. But we have no experience whatever of action on minds. We are not only missing some quantity, but the very quality of the experience. How then can we begin to understand God’s creation of other minds? The stakes are high for Berkeley. If we can’t understand how God makes minds, we are missing an epistemic tool for understanding half of God’s creation. Mystery would be baked into Berkeleian metaphysics, an unappealing conclusion.
My paper will set up this issue by articulating some of my assumptions about notional knowledge and finite activity that are necessary for framing the issue. Then I will consider some possible ways out for Berkeley, finally proposing one which I call the authorial view.
El conocimiento de Berkeley de las mentes humanas
El conocimiento nocional de Berkeley es, además de otras cosas, un enfoque epistémico para acceder y conocer la mente (la mía o las otras mentes). En nuestra época, con los avances tecnológicos y la inteligencia artificial, es más complejo que en el tiempo de Berkeley caracterizar y distinguir una mente humana de una no humana. En este artículo considero algunos presupuestos de la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, para proponer, a modo de hipótesis, que existen algunas características humanas que podrían complementar y mejorar la teoría berkeleyana del conocimiento nocional de otras mentes humanas.
Berkeley’s Knowledge of Human Minds
Berkeley’s notional knowledge is, besides other things, an epistemic approach to access and knowing the mind (mine or other minds). In our era, with technological advances and artificial intelligence, it is more complex than in Berkeley’s time to characterize and distinguish a human mind from a non-human one. In this paper I take into account some assumptions from Dick’s novel Do androids dream of electric sheeps?, and I propose, as a hypothesis, that there are some human features that could complement and get better the berkeleian theory of notional knowledge of other human minds.
Berkeley vs Berkeley en los "Principios". Dios: el contraargumento pendiente.
Resumen: En este trabajo analizamos las autorrefutaciones de Berkeley en los "Principios" sobre la existencia de la materia. Dentro de estas refutaciones, al menos las que están disponibles en lo que poseemos de la obra en la actualidad, puede observarse que no existe un cuestionamiento de Berkeley sobre la existencia o el papel de Dios en su onto-epistemologia. Creemos, sin embargo, que el cuestionamiento de la existencia o el papel Dios podría abrir una ruta que pida repensar la inmaterialidad de los entes de manera que si Dios no existiese o bien no fuera como lo sostiene el autor, la materia tendría una nueva oportunidad dentro del sistema berkeleyano para ser considerada como existente.
Berkeley vs. Berkeley. God: the missing counter-argument in the Principles
Summary: In this paper we analyze Berkeley's self-refutations in the "Principles" about the existence of matter. Within these refutations, at least in those that are available at present, it can be observed that Berkeley does not question or doubt about the existence or the role of God in his onto-epistemology. We believe, however, that questioning the existence or the role of God opens an important route to rethink the immateriality of the entities. We claim that is possible that if God does not exist or is not as the author maintains, the matter may have a new opportunity to be considered as existent.
La noción de ‘cúmulo (congeries) de percepciones en los Comentarios filosóficos de George Berkeley
Durante la época moderna predominó la idea de que no podíamos explicar la ejecución de nuestros actos mentales sin admitir la existencia de un sujeto que llevara a cabo dicha actividad. Esto último repercutió de manera importante en la aceptación de la propuesta que David Hume (1711-1776) hiciera en torno al ‘yo’, a saber, que éste consistía únicamente en ser un haz de percepciones. En el Tratado de la naturaleza humana sostuvo que:
[Los] seres humanos no son sino un haz o colección de percepciones diferentes, que se suceden entre sí con una rapidez inconcebible y están en perpetuo flujo y movimiento (T 252).
Sin embargo, esta concepción no era nueva. Ya en los Comentarios filosóficos de George Berkeley (1685-1753) encontramos vestigios de una noción similar. En este sentido, nuestro objetivo será rastrear en la idea de ‘cúmulo (congeries) de percepciones’ de Berkeley el antecedente directo de la noción humeana de ‘haz (bundle) de percepciones’. Asimismo, haremos notar que si nuestra hipótesis es correcta y la noción berkeleyana resulta ser el antecedente de la concepción humeana del ‘yo’, esta última heredaría los mismos presupuestos epistemológicos que la primera; la tesis de que ‘si quitamos las percepciones quitamos la mente’. En los Comentarios filosóficos Berkeley escribe:
+ La mente es un cúmulo (congeries) de Percepciones. Quita las Percepciones y quitas la Mente pon las Percepciones y pones la mente (PC 580).
Esta concepción, como observaremos, dejaría fuera cualquier representación de la mente en términos de una entidad independiente de nuestras percepciones que, además, ejecutaría las actividades propias de una vida mental. Finalmente, el eje de esta breve investigación girará en torno al supuesto de que no habría una sustancia espiritual individual distinta a un conjunto (haz/cúmulo) de percepciones. En la actualidad, Derek Parfit (1942-2017), quien fuera uno de los máximos exponentes de la identidad personal, concibió una tesis similar al decir que éramos un cerebro, un cuerpo y una serie de procesos o eventos mentales. En este sentido, considero que esta investigación daría actualidad a las concepciones que estos autores ya habían sostenido desde la época moderna.
The notion of ‘congeries of perceptions’ in the Philosophical Commentaries of George Berkeley
During modern time there was a predominant idea that we could explain the execution of our mental acts without admitting the existence of a subject who would carry out such activity. This idea mentioned, reverberated in an important way the acceptance of the proposal that David Hume (1711-1776) made surrounding ‘I’, that is to say, that this only consisted in being a ‘bundle’ of perceptions. In the Treatise of Human Nature he held that:
They are nothing but a bundle or collection of different perceptions, which succeed each other with an inconceivable rapidity, and are in a perpetual flux and movement (T 252).
Nevertheless this conception wasn't new. Now in the philosophical comments of George Berkeley we can find vestiges of similar notion. In this sense our objective is to trace the idea of (congeries) perceptions of Berkeley in the direct antecedent of the human notion of (bundle) of perceptions. Likewise if we proof that our hypothesis is correct and Berkeley's notion results to be the antecedent of the human conception of ‘I’ this would inherit the same epistemological presumption as first mentioned; the thesis ‘If we take away the perceptions we remove the mind’. In the Philosophical Commentaries Berkeley describes:
+ Mind is a congeries of Perceptions. Take away Perceptions & you take away the Mind put the Perceptions & you put the Mind (PC 580).
This conception as we observe would leave out any representation of the mind as an independent entity of our perceptions that would execute its own activities of a mental life. Finally, the axis of this brief investigation would surround the contour that there wouldn't be an individual spiritual substance different from the conjunction of (bundle/congeries) of perceptions. In recent times Derek Parfit (1942-2017) who would be one of the maximum exponents of the personal identity conceived a similar thesis be mentioning that we were a brain, a body and a series of mental processes. In this sense he considered this investigation would give an update to the conceptions that these authors had already sustained since modern time.
Martes 8 de mayo 2018
Theories of Imagination in Berkeley and Collier
Berkeley and Collier hold in common a view about perception, Pre-Kantian Innocence, which has certain attractive features, namely that it makes the perceiving of something sufficient for the real existence of that thing and thus avoids any sceptical concerns about our contact with the world. But both then faced a challenge in giving an account of imagination. Collier sacrificed plausibility on the altar of consistency. Berkeley, in contrast, gave an account which, subject to several details being filled out, both his contemporaries and many of ours would find quite plausible. Unfortunately, however, it undermined the attractiveness of the account of perception as a response to the sceptic. I offer an initial, dogmatic sketch of one such account.
Las teorías de la imaginación en Berkeley y Collier
Berkeley y Collier tienen en común una opinión sobre la percepción (la inocencia pre-Kantiana), que tiene ciertas características atractivas, a saber, que hace que la percepción de algo sea suficiente para la existencia real de esa cosa, con lo cual se evita cualquier preocupación escéptica sobre nuestro contacto con el mundo, pero ambos se enfrentaron al reto de explicar la imaginación. Collier sacrificó la plausibilidad en aras de la consistencia. Berkeley, por el contrario, dio una explicación que, pese a estar sujeta a muchos detalles, tanto sus contemporáneos como muchos de nosotros encontrarían bastante plausible; aunque desafortunadamente se socavó lo atractivo de la explicación de la percepción como respuesta al escéptico.
En este artículo ofrezco un primer bosquejo de la explicación que cada uno dio sobre esta cuestión.
Berkeley and the “habitual connection”: on Judgements Connecting Ideas of Sight and Touch
Berkeley’s aim in his New Theory of Vision was twofold: to enquire how distance, situation and magnitude are perceived and to see if there are any common ideas to sight and touch (NTV, 1). The answers to these questions soon turn out to be interrelated since, according to Berkeley, there are no common ideas of sight and touch and failing to understand this has led to several serious problems in theory of vision trying to answer the question of how we perceive distance, situation and magnitude. Theory of vision that Berkeley especially has in mind is the so called geometrical theory of vision, propagated most famously by Descartes and, according to Berkeley, Malebranche. Alternative theory of vision proposed by Berkeley regards the connection between ideas of vision and touch – which are by themselves altogether heterogenous - to be forged by experience alone and to be regarded as a mere “habitual connection” (NTV 147). Berkeley compares this connection between visual and tactual ideas to that of the language and the things signified by the language; there is no “likeness or identitity of nature” (NTV 147) to be found between them.
Berkeley attempts to show that by denying the necessary connection between ideas of sight and ideas of touch and by accepting the visual language theory, according to which visual ideas suggest tangible ideas, we may solve certain profound difficulties (the Barrovian case, inverted retinal image and the horizontal moon) that the geometrical theory finds insuperable. In addition to solving these problems, Berkeley relies on thought experiments (the Molyneux’s man and the unbodied spirit) which he considers to confirm his theory and, even more importantly, to refute the competing Cartesian alternative.
My paper will concentrate on the question of the nature of the judgements that connect ideas of sight and touch. We are told that they are suggestions, a metaphor that is explained with an analogy with spoken language suggesting meanings. These suggestions are almost unperceivable, since they have been repeated so many times; habit or custom has made the judgement involved hard to notice without calm self-reflection that Berkeley points us to. It is also argued in the NTV that the way an idea of sight comes to suggest an idea of touch is not by the way of likeness between ideas of different sense modalities, nor is it based on geometrical inference.
However, more needs to be said about the exact nature of suggestions connecting ideas of sight with ideas of touch. What exactly is the nature of the activity that the mind is involved in while making these judgements? The study on the nature of visual judgements can contribute to our understanding of Berkeley’s view of psychological processes which are often labelled as associationist as a predecessors to Hume’s views, perhaps unjustly. I will argue that instead of regarding Berkeley’s theory of vision in anachronistic Humean terms, we should rather try to see it as a continuation of the Malebranche’s theory of natural judgements.
Berkeley y la “conexión habitual”: sobre los juicios que conectan las ideas de la vista y el tacto
El objetivo de Berkeley en su Nueva teoría de la visión era doble: investigar cómo se perciben la distancia, la situación y la magnitud y ver si hay ideas comunes para la vista y el tacto (NTV, 1). La teoría de la visión que Berkeley tiene en mente es la llamada teoría geométrica de la visión, propagada sobre todo por Descartes y, según Berkeley, por Malebranche.
Berkeley intenta mostrar que negando la conexión necesaria entre las ideas de la vista y las ideas del tacto, y aceptando la teoría del lenguaje visual, según la cual las ideas visuales sugieren ideas tangibles, podemos resolver algunas profundas dificultades (el caso barroviano, la imagen invertida en la retina y la luna horizontal) que resultan insuperables para la teoría geométrica. Además de resolver estos problemas, Berkeley confía en los experimentos mentales (el hombre de Molyneux y el espíritu sin cuerpo) que considera que confirman su teoría y, más importante aún, que refutan la propuesta cartesiana.
Mi trabajo se centrará en la cuestión de la naturaleza de los juicios que conectan las ideas de la vista y el tacto. En relación a esto, ¿cuál es, exactamente, la naturaleza de la actividad de la mente al hacer estos juicios? El estudio sobre la naturaleza de los juicios visuales puede contribuir a nuestra comprensión de la visión berkeleyana de los procesos psicológicos, que frecuentemente son etiquetados, quizá injustamente, como asociacionistas y como antecesores de las opiniones de Hume. Argumentaré en mi escrito que en lugar de considerar la teoría de la visión de Berkeley en términos anacrónicamente humeanos, deberíamos tratar de verla como una continuación de la teoría de los juicios naturales de Malebranche.
Immaterialist Metaphysics of Causality in Berkeley’s De Motu
The paper has the objective of resolving why Berkeley treated causality metaphysically in De Motu (1721). One can read DM as a developed version of Berkeley’s own immaterialism (i.e. every matter must be perceived by minds as ideas) after his earlier works (i.e. Principles and Dialogues). True though it may be, DM is a critical interpretation of physical theories at the time, especially of the Newtonian dynamics that he admired. Drawing a clear distinction between natural science (particularly, mechanics including dynamics) and metaphysics, Berkeley severs the task of natural philosopher (i.e. finding patterns in our ideas) from that of metaphysician (i.e. contempla.ng the causes of those ideas). However, one may be left with a concern regarding the role of ‘cause’ or causality in the province of metaphysics being distinguished from mechanics. While Berkeley’s philosophy of science (including mathematics) has been much studied (e.g. Popper 1953; Downing 2005), what current literature lacks is a full-fledged explanation of metaphysical causality in DM.
For this reason, my emphasis is placed upon parsing out the term ‘causa (cause)’ through the distinction between (immaterialist) metaphysics and mechanics in DM. Causality is a subject matter essential to the developments in natural philosophy from Aristotelian science to early modern mechanistic sciences, emphasising efficient causes. Nonetheless, the term ‘cause’ (e.g. DM §22) does not necessarily pertain to efficient causality (Brook 1973). Accordingly, not only will I consider the efficient causality, but the other kinds of metaphysical causality, such as a ‘conserving cause’ in the sense of final cause (§36).
Specifically, I scrutinise the account of Richard Brook (2017). Featuring phenomena’s ‘cause, i.e. the reason why they take place’ (§37), Brook explicates three points. Firstly, the ‘constant conformity’ indicates that one can deduce (‘solve’) the phenomena from wider generalisations. The conformity with the mathematical laws means the explana.on by solving an equation or giving a mathematical deduction (§35). Secondly, Brook claims that Berkeley carefully regards such a cause as the reason for something mechanical, being detached from metaphysical efficient causality. Thirdly, the ultimate laws, from which phenomena are deduced, assume mathematical form (§38). While appreciating Brook’s methodological perspective, I criticise the insufficiency in his dispelling of the metaphysical formulation. For Berkeley, it seems impossible to justify the cause or reason without its metaphysical underpinning. This I will rehabilitate by considering Berkeley’s metaphysics of causality in his immaterialist scheme of DM.
Metafísica inmaterialista de la causalidad en el De Motude Berkeley
El artículo tiene por objetivo resolver por qué Berkeley trató metafísicamente la causalidad en su obra De Motu (1721). Uno puede leer DM como una versión desarrollada del propio inmaterialismo de Berkeley (es decir, cada materia debe ser percibida como ideas por las mentes) después de sus trabajos anteriores (Principios y Diálogos). En esta presentación reviso el término 'causa' a través de la distinción entre metafísica (inmaterialista) y mecánica en DM, para lo cual analizo la explicación de Richard Brook (2017). Brook explica tres puntos. En primer lugar, la "conformidad constante" indica que uno puede deducir ("resolver") los fenómenos de generalizaciones más amplias. La conformidad con las leyes matemáticas significa la explicación resolviendo una ecuación o dando una deducción matemática (§35). En segundo lugar, Brook afirma que Berkeley considera cuidadosamente que tal causa es la razón de que haya algo mecánico, al estar separado de la causalidad metafísica eficiente. En tercer lugar, las leyes últimas a partir de las cuales se deducen los fenómenos, asumen una forma matemática (§38). Pese a que valoro la perspectiva metodológica de Brook, critico la insuficiencia en su disipación de la formulación metafísica. Para Berkeley, parece imposible justificar la causa o la razón sin su fundamento metafísico. Retomaré este asunto al considerar la metafísica de la causalidad de Berkeley en su esquema inmaterialista de DM.
El ciego de Molyneux y el de Berkeley en el Ensayo de una nueva teoría de la visión
El problema que William Molyneux planteó a la comunidad filosófica en 1688, tuvo amplia resonancia para el análisis del tema de la percepción. Dicho problema alimentó la discusión entre diversos filósofos de su época, conduciéndolos a tomar posición ante él; también fue fundamental para el desarrollo de las teorías de Berkeley. En este trabajo se examina el papel del ciego, protagonista del Ensayo de una nueva teoría de la visión.
Molyneux’s Question and Berkeley’s reply in An Essay Towards a New Theory of Vision
The problem that William Molyneux posed to the philosophical community in 1688 had a deep influence for the analysis of perception. This problem fueled the discussion between various philosophers of his time, leading them to take a stand before him; It was also fundamental to the development of Berkeley's theories. This paper examines the role of the Molyneux’s question, a central issue in the Essay
¿El punto puede tener medida o magnitud?
Dentro de las críticas vertidas en The Analyst por Berkeley al Cálculo y al de Newton como al Cálculo de Leibniz cuestiona el concepto de fluxón y de infinitesimo. Desde la perspectiva de Berkeley ambos conceptos parecen en si mismos contradictorios. En el caso del fluxón dice …[los fluxones son] principios nacientes de cantidades finitas … The Analyst § 4. Para el infinitésimo Berkeley comenta …[los seguidores de Leibniz] consideran que las cantidades finitas variables crecen o disminuyen por cantidades infinitamente pequeñas. … The Analyst § 5. Un problema que Berkeley plantea es que ambos conceptos utilizan el punto para la obtención de las fluxiones o de las derivadas; sin embargo un punto por definición no tiene medida y/o magnitud. Berkeley comenta en The Analyst § 11 Los puntos o meros límites de las líneas son, sin duda, iguales en cuanto que ninguno tiene más magnitud que otro, pues un límite, como tal, no es ninguna cantidad … Y puesto que un punto no puede guardar ninguna relación de medida y/o magnitud ni siquiera con otro punto, cuestiona la validez y/o justificación de ambos conceptos: Nada es más claro que ninguna conclusión adecuada puede extraerse de dos suposiciones inconsistentes … The Analyst § 15. Sin embargo el punto puede entenderse de dos fornas distintas: 1) sēmeîon, que es el termino utilizado por Euclides y como en general se entiende el punto. 2) Por otro lado la escuela pitagórica entendia el punto como mónas que es una unidad tanto aritmética como gemoétrica.
La conferencia explorará si es posible entender al fluxón no como un sēmeîon, como parece que Berkeley entendía al punto, sino como un mónas y las consecuencias que esto tendría para las críticas de Berkeley vertidas en The Analyst; ya que parece ser posbile montar una defensa del fluxón a partir de entender el punto como mónas.
Have the point any metric?
In The Analyst Berkeley critique the Newton’s and Leibniz’s Calculus especially the concept of fluxon and infinitesimals. To Berkeley both concepts are self-contradictory. About the fluxon says: These are said not to be Moments, but Quantities generated from Moments, which last are only the nascent Principles of finite Quantities … The Analyst § 4. About the infinitesimals says: [the followers of Leibniz] consider the variable finite Quantities, as increasing or diminishing by the continual Addition or Subduction of infinitely small Quantities … The Analyst § 5. To Berkeley there is a problem with both concepts, they use the point to obtain the fluxons and infinitesimals. But by definition the point don have any metrics. Berkeley comment The Analist § 11: The Points or meer Limits of nascent Lines are undoubtedly equal, as having no more magnitude one than another, a Limit as such being no Quantity … And because the point do not have any metrics even with itself, he question the validity or justification of fluxon and infinitesimal: Nothing is plainer than that no just Conclusion can be directly drawn from two inconsistent Suppositions. … The Analyst § 15.
Nevertheless we can understand the point in two different ways: 1) sēmeîon, is the term used by Euclides and the normal form of understand de point and 2)The pythagorean school undestand the point as mónas wich is an arithmetical and geometrical unit.
In the lecture I will explore if it is possible to understand fluxon not as a sēmeîon, as Berkeley seems to have understood to the point; but as a mónas and the consequences that this would have for the criticisms of Berkeley poured into The Analyst; since it seems to be possible to mount a fluxon defense from understanding the point as mónas.
Berkeley’s Criticisms of Shaftesbury and Hutchenson
My aim today is to clarify the nature and purpose of Berkeley’s arguments in the third chapter of Alciphron, first published in 1732, republished in a second edition in the same year, and later revised for publication by Berkeley himself in a third edition in 1752, one year before his death. Most read the chapter as an attack on Anthony Ashley Cooper, the Third Earl of Shaftesbury. This makes sense, given that Berkeley goes to the trouble of quoting, sometimes directly, sometimes in mosaic fashion, from Shaftesbury’s Characteristics of Men, Manners, Opinions, Times, both in the main text and in the footnotes. But some think—as I will argue, mistakenly—that Berkeley takes aim at two different Shaftesburys, an early Shaftesbury and a late Shaftesbury. Others fail to recognize the near explicit references to Francis Hutcheson’s elaboration of some of the main themes of Shaftesbury’s moral theory, assuming, perhaps from the fact that Hutcheson is not quoted, that Shaftesbury is the sole intended target of Berkeley’s animadversions. Less well understood, as well, is the nature of Berkeley’s criticisms of Shaftesbury and Hutcheson, and the extent to which they depend for their success on the truth of idealism. For the purposes of this talk, I will concentrate on elucidating the mistakes that Berkeley attributes to both of his opponents, and then ask whether, and to what degree, they are guilty of the errors Berkeley lays at their door.
La crítica de Berkeley a Shaftesbury y Hutchenson
Mi objetivo es aclarar la naturaleza y el propósito de los argumentos de Berkeley en el tercer capítulo del Alcifrón, publicado por primera vez en 1732, publicado en una segunda edición en el mismo año, y revisado para su publicación por el mismo Berkeley en una tercera edición en 1752, un año antes de su muerte. Muchos leen el capítulo como un ataque a Anthony Ashley Cooper, tercer conde de Shaftesbury. Esto tiene sentido, dado que Berkeley se toma la molestia de citar, a veces directamente, a veces de modo general, la obra Características de los hombres, de sus comportamientos, opiniones y épocas de Shaftesbury, tanto en el texto principal como en las notas a pie de página; pero algunos piensan -considero erróneamente- que Berkeley apunta a dos Shaftesburys diferentes, un Shaftesbury temprano y un Shaftesbury tardío. Otros autores no reconocen las referencias casi explícitas a la elaboración de Francis Hutcheson de algunos de los temas principales de la teoría moral de Shaftesbury, asumiendo, tal vez por el hecho de que Hutcheson no es citado, que Shaftesbury es el único objetivo de las críticas de Berkeley. Igualmente mal comprendida es la naturaleza de las críticas de Berkeley a Shaftesbury y Hutcheson, y la relación que éstas guardan para el éxito de su verdadero idealismo. Para esta charla me concentraré en dilucidar los errores que Berkeley atribuye a sus dos oponentes, y luego preguntaré si, y en qué medida, ellos son culpables de los errores que Berkeley les imputa.
Lunes 7 y martes 8 de mayo 2018, de 10:00 a 18:00 horas
Sala José Gaos, IIFs-UNAM
Entrada libre, Programa
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